Experiencia: Educación para la seguridad de todos

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   Alumnos de Educación Infantil aprenden dónde puede estar el peligro y la adopción de medidas preventivas para evitar el riesgo de accidentes

   Esta experiencia, dirigida a alumnos de segundo nivel del segundo ciclo de Educación Infantil, es decir de 4 años de edad, se plantea como objetivos utilizar medidas preventivas para evitar accidentes, usar y conocer el botiquín escolar y visualizar los peligros del barrio y del centro escolar, con el fin de fomentar el aprendizaje de la seguridad en el entorno del alumnado

   En el apartado de contenidos de esta experiencia distinguimos entre los contenidos conceptuales, en el que se incluyen los peligros en el centro y en el barrio, las medidas preventivas para accidentes, y el conocimiento del botiquín escolar y de los elementos que lo componen. Entre los contenidos procedimentales figuran la realización de simulacros de incendio, la identificación de elementos que componen el botiquín, la simulación de actuaciones ante determinados peligros, y el reconocimiento de peligros del exterior e interior del colegio, y en los contenidos actitudinales se incluye prevenir accidentes que puedan suceder en nuestro entorno, interés por conocer los elementos que componen el botiquín escolar, la participación en el simulacro de incendio y fomentar la curiosidad por conocer los peligros que nos rodean.

   En el desarrollo de la actividad procederemos a realizar una asamblea en clase y entre todos decir diferentes peligros que podemos encontrar tanto dentro como fuera del colegio. Cada alumnos realizará un dibujo de un peligro y los colgaremos en clase para tenerlos presentes.

   Luego saldremos a las afueras del colegio y ver cuales son los peligros que podemos encontrar (pasos de peatones, bordillos). Ya en el aula, construiremos un semáforo con una caja de leche para diferenciar el significado de los tres colores en los que lo podemos encontrar.

   Paso de peatones

   También podemos simular dentro de clase una carretera con semáforo, paso de peatones, etc. Unos niños cruzarán por el paso de peatones y otros montados en cajas, como si fueran coches circularan por la carretera, y todos, peatones y conductores, tendrán que respetar las normas de circulación. Los niños y niñas que no cumplan las normas serán sancionados con una multa por el profesor, quien representará ser el policía.

   Otra de las acciones puede ser poner sillas en clase de dos en dos y sentarnos en ellas imaginando que vamos en el autobús escolar. Seguiremos las indicaciones del profesor una vez subidos en el autobús: abrochamos el cinturón, permanecemos sentados sin movernos, sin chillar, etc.

   Podemos ir al pabellón polideportivo del colegio y observar todo el material del que disponemos. Seguidamente ayudarnos para utilizarlo de forma adecuada para no hacernos daño. Y también realizaremos una visita a la cocina del colegio, donde las cocineras nos explicarán algunas medidas preventivas para no quemarnos en la cocina, para no cortarnos con los cuchillos, etc.

   La importancia del botiquín

   Cada niño y niña traerá de su casa algún material que crea necesario para realizar curas ante una caída, etc.; por ejemplo tiritas, algodón, betadine, etc. Con los materiales traídos crearemos un botiquín y explicaremos cómo y cuándo utilizarlo.

   Buscaremos en folletos de revistas o periódicos imágenes relacionadas con accidentes, material de cura, zonas peligrosas, etc.; las recortaremos y pegaremos en un gran mural. Y traeremos camisetas viejas de casa y pintaremos en ellas una cruz roja. De esta forma unos serán enfermeros y otros enfermos a los que tendrán que curar.

   Además de realizar un simulacro de incendio, entre otras actividades realizaremos un tren con toda la clase y visitaremos las diferentes aulas y espacios del centro analizando y viendo donde podemos encontrar las dificultades. Los niños también observarán fotografías de diferentes escuelas y verán las semejanzas y diferencias, tanto en sus exteriores como interiores.

   Otra cosa que haremos es establecer las normas de aula y organizar las patrullas verdes, que serán grupos de alumnos encargados de que todo este en orden. En la alfombra pondremos objetos de clase que creamos que pueden tener algún peligro, por ejemplo unas tijeras, y vemos como utilizarlos adecuadamente.

   También podemos hacer una visita al Cuerpo de Bomberos para que nos expliquen que hacer en caso de incendio y llevar algunas madres al colegio para que expliquen que accidentes han sufrido sus hijos en casa y por qué.

   En cuanto el tiempo dedicado a las sesiones dependerá del grupo de alumnos que nos encontramos en clase, así como de la propia actividad que estemos realizando, ya que una salida al exterior durará más que la visualización de una ficha en clase.

   Cada actividad tendrá flexibilidad en cuanto a su duración y se adaptará al ritmo de aprendizaje del alumnado.

   Evaluación

   Se evaluará el proceso de enseñanza, la práctica educativa y el desarrollo de las capacidades de cada niño. Así, se evaluará si el niño conoce los peligros en el centro y en el barrio; las medidas preventivas para accidentes, el botiquín escolar y los elementos que lo componen y su comportamiento en el simulacro de incendio.

   El proceso de evaluación los realizaremos por medio de la observación directa y sistemática. Mediante ella podremos constatar los conocimientos que va construyendo el niño a partir de los que ya poseía; si es adecuada la actuación didáctica, la organización del espacio, la distribución del tiempo, los agrupamientos y formas de relación entre los niños y de éstos con los adultos; las estrategias y los materiales utilizados, etc. Esta reflexión permitirá prestar la ayuda necesaria y modificar nuestra propia actuación didáctica.

   El hecho de que en Educación Infantil la evaluación haya de ser continua no excluye la existencia de una evaluación inicial y una evaluación final.

   La evaluación inicial es necesaria al comienzo de cualquier secuencia de aprendizaje ya que permitirá evaluar los conocimientos previos de los alumnos para construir, sobre ellos, aprendizajes significativos. Asimismo es de máxima importancia la que se realiza al inicio del ciclo, a partir de la observación de los niños durante los primeros días, de una entrevista con los padres y de la información proporcionada por el centro anterior, caso de haber estado escolarizado. La evaluación inicial tendrá en cuenta un registro de evaluación del periodo de adaptación para comprobar el nivel de conocimientos del que parte el grupo de alumnos y las actividades que despiertan su interés y motivación. En definitiva, la evaluación inicial en su globalidad trata de averiguar el nivel de competencia curricular del que parte el alumnado, sus destrezas, habilidades y necesidades.

   Interiorización

   La evaluación continua es necesaria para ir comprobando el nivel de interiorización, aceptación y de motivación creado por los diversos aprendizajes. Se llevará a cabo por medio de la observación sistemática del comportamiento del alumnado, de los hábitos que van alcanzando, por medio de los trabajos realizados para ir comprobando así la adquisición de habilidades y la evaluación de las necesidades que van surgiendo en el proceso.

   La evaluación final, necesaria asimismo como culminación de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje, nos permitirá valorar el grado de consecución respecto a los objetivos marcados obtenidos por cada alumno y alumna, para lo cual se llevará a cabo un registro de evaluación final de cada unidad didáctica y un registro de valoración del curso y de la etapa, quedando registrados en unos registros informativos para las familias.

   Francisca Ortiz Espejo. Maestra
   Con la autorización de: http://comunidad-escolar.pntic.mec.es
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