Experiencia: El universo y su mitología

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   Un Instituto de Ciudad Real desarrolla una unidad didáctica sobre la astronomía y los mitos estelares.   Esta experiencia didáctica, realizada por los alumnos de 4º curso de ESO del Instituto «Montes de Cabañeros», de Horcajo de los Montes (Ciudad Real), se presenta como una actividad interdisciplinar para abordar y estudiar los contenidos de astronomía y mitos estelares mediante la cooperación e implicación de dos departamentos docentes: el de Lengua Castellana y Literatura, que imparte la materia optativa de Cultura Clásica, y el de Ciencias Naturales, que engloba las materias de Física y Química, Biología y Geología.   Uno de los objetivos de este trabajo es contrastar los métodos de conocimiento científico y las explicaciones mitológicas, poniendo de manifiesto las similitudes y diferencias de ambos enfoques.

   El objetivo primordial de la actividad pretende despertar el interés de los alumnos por conocer los mitos de la Antigüedad Clásica que intentaban dar una explicación a la disposición geométrica de las constelaciones (catasterismos) y la iniciación en la astronomía mediante la observación guiada del cielo nocturno.

   Además, la experiencia didáctica se propone también los siguientes objetivos:

— Fomentar en los alumnos el planteamiento de fenómenos cotidianos tales como la salida y puesta del Sol, el ciclo lunar, la existencia de una cara oscura de la luna, los eclipses, etc., y la búsqueda de explicaciones y emisión de hipótesis.

— Iniciar a los alumnos en el conocimiento mítico y legendario que otras culturas ofrecían como respuesta para los fenómenos estelares desconocidos.

— Contrastar los métodos de conocimiento científico y las explicaciones mitológicas, poniendo de manifiesto las similitudes y diferencias de ambos enfoques.

— Comprobar la curiosidad innata del hombre ante los fenómenos cotidianos de la naturaleza a través del estudio de la evolución del conocimiento a lo largo de la Historia de la Humanidad.

— Manejar herramientas sencillas para la observación del firmamento (prismáticos, carta astral, relojes solares, guías del cielo, etc.) En el ámbito de la materia de Cultura Clásica, la experiencia didáctica se plantea como objetivos dar a conocer a los alumnos explicaciones legendarias sobre el origen del Universo a partir de una antología de textos seleccionados (Génesis, Popol Voh, Teogonía de Hesíodo), y el estudio de los mitos relacionados con las constelaciones (catasterismos).

   Desde las materias de Biología y Geología, los objetivos planteados son proporcionar al alumnado una perspectiva histórica del conocimiento científico sobre el Universo, facilitar el manejo de herramientas para la observación del cielo nocturno y dar a conocer los objetos estelares y estructura del sistema solar.

   Desarrollo de la actividad

   Esta experiencia didáctica se articula fundamentalmente en torno a una actividad de observación nocturna del firmamento, guiada por dos profesores.

   Dado que las actividades se enfocan interdisciplinarmente, desde dos áreas diferentes, previamente a la salida nocturna se han trabajado desde cada materia los contenidos anteriormente expuestos. El hecho de que la mayoría de los alumnos hayan elegido las dos optativas facilita el desarrollo de la actividad.

   Se comenzó la actividad con explicaciones teóricas por parte del profesor de las diferentes interpretaciones históricas de la Tierra en el espacio, hasta llegar al modelo actual sobre el origen y estructura del Universo.

   Inicialmente se les explicó el modelo mitológico hindú sobre la estructura del Universo, y también se les indicaron hechos o fenómenos que el hombre paleolítico ya observaba y de los que dejó constancia en pinturas rupestres o textos muy antiguos, previos al desarrollo del conocimiento científico.

   Enlazando con la mitología se les mostraron los primeros modelos que pretenden explicar el universo observable a simple vista y las manifestaciones de la naturaleza, por orden cronológico. Estos fueron el modelo Geocéntrico de Aristóteles y Ptolomeo, el heliocéntrico de Copérnico, y las aportaciones de Kepler y Galileo al conocimiento del sistema solar.

   Para despertar la curiosidad por el modelo actual del universo se realizó en el aula una actividad, por grupos de alumnos, extraída a partir de materiales de la NASA (EG-1997 (01)-002-GSFC). Consistió en la observación de fotografías del telescopio espacial Hubble, y se repartieron entre los alumnos una colección de 12 láminas y un cuestionario en el que se trabajaron tres aspectos básicos: la diversidad de objetos estelares y el problema de la clasificación en unos cuantos grupos concretos; la estimación del número total de objetos en el Universo a partir de las fotografías de las cuatro cámaras del Hubble que cubren un área del firmamento, y las dificultades en el cálculo de las distancias de las estrellas.

   Tras indagar en la apariencia del Universo, se pasó es estudiar el modelo actual de la estructura del sistema solar, del origen del Universo (big-bang) y su composición y objetos estelares. Entre las explicaciones se intercalaron diapositivas, y se utilizaron láminas de los planetas y objetos del sistema solar (NASA EP-1997-11-371-HQ). Tras las explicaciones teóricas se realizaron unas actividades en el aula adaptadas de la unidad didáctica «Earth and Space» (Association for Astronomy Education) sobre la estructura del sistema solar y las diferencias entre los planetas interiores y exteriores.

   Los movimientos de traslación y rotación de la tierra se explicaron acompañados de diapositivas para justificar las variaciones climáticas en las diferentes estaciones y latitudes, utilizando el propio proyector de diapositivas y una esfera terrestre para construir un modelo en el aula con el que comprobar las variaciones de insolación estacionales. De forma similar se representó a la Luna y la Tierra, visualizando claramente el ciclo lunar y desterrando las ideas preconcebidas de los alumnos (para esto pueden utilizarse modelos disponibles en proveedores de material de laboratorio, o mejor aún, proponer a los alumnos que construyan un modelo a escala del sistema Tierra-Luna y jugando con el proyector de dispositivas, observar las fases lunares y la posición relativa en los eclipses). Los movimientos de la Luna permitieron explicar las causas de las mareas, así como la existencia de una cara oscura.

   Para contrastar las explicaciones míticas que las distintas culturas han ofrecido ante el enigma de la creación del mundo y del hombre, se leen, contrastan y comentan tres textos de civilizaciones diferentes. «La creación de Gea, Urano y sus descendientes» en la Teogonía de Hesíodo; los Capítulos I y II de la Tercera Parte del Popol Vuh; las antiguas historias del quiche y «La Creación» en el Libro Primero de Moisés, del Génesis (La Biblia). Los alumnos trabajan en grupo y extraen conclusiones sobre las sorprendentes similitudes entre textos de culturas diferentes, algunas lejanas en el espacio, como el quiche.

   Los catasterismos

   En una segunda clase se pasa a trabajar sobre los catasterismos. El proceso de trabajo es el siguiente: Se hace un sondeo inicial sobre los nombres de las constelaciones que conocen y se van apuntando en la pizarra; se entrega entonces una fotocopia de un Planisferio Celeste completo del Hemisferio Norte y se comentan los nombres de aquellas constelaciones que puedan estar relacionadas con la mitología, y después se les pasa a los alumnos un cuadernillo con los catasterismos más importantes y el desarrollo del mito (ej: Osa Mayor y Menor, Dragón, Casiopea, Andrómeda, Perseo, Cefeo, Cisne, Tauro, Pléyades, Orión, Vía Lactea, Saturno, etc.) y, con un rotulador fluorescente, dibujan en el planisferio las líneas imaginarias que unen los cuerpos celestes de cada constelación. Tras este ejercicio, intentan reconocer las fantásticas figuras y comparan sus propuestas con las ideadas por los griegos, reflejadas en una fotocopia que se les entrega.

   A continuación se lee el mito correspondiente a cada catasterismo (nos basaremos fundamentalmente en los escritos de Eratóstenes y en algún manual de Mitología Clásica). Cada alumno selecciona una constelación y acuerda estudiar el mito relacionado, para explicarlo en la salida nocturna guiada.

   Como colofón al trabajo previo para la observación del firmamento y, de acuerdo con los intereses del alumnado, se realiza un trabajo de investigación sobre los distintos signos del zodiaco. Cada alumno estudia su signo, recopilando información mítica y astronómica de diferentes manuales y libros de consulta que se les facilitan, y realiza un dossier donde incluye una lámina dibujada con el mapa de la constelación correspondiente a su signo, donde indica la época del año en la que puede apreciarse en el firmamento, un dibujo artístico del mismo, una exposición escrita relatando el mito y un anexo en el que incluyen los distintos símbolos que la publicidad y la prensa emplean para representar su horóscopo, comparando las diversas opciones con la figura griega, recogida de alguna enciclopedia.

   Tras esta preparación en clase, se plantea la actividad de observación del firmamento, que hay que realizar durante una tarde-noche. Dadas las dificultades que implica una salida nocturna hay que aprovecharla al máximo. También se ha de tener en cuenta que, una vez organizada, puede ocurrir que tengamos que posponer la salida, al haberse nublado el cielo. Ya que la observación se centra en las estrellas, planetas y constelaciones, se escogió una noche de Luna Nueva, sacrificando las posibles observaciones del relieve lunar, puesto que la luminosidad es menor y se reconocen mejor las estrellas y la Vía Láctea.

   En una primera fase se visualizó un vídeo sobre las constelaciones (de la serie Cosmos de Carl Sagan) en el que se presentan varias interpretaciones de diferentes culturas ante la posición de las estrellas, y en el que se da cuenta de la variación que han sufrido las líneas imaginarias de las constelaciones a lo largo de los siglos.

   Acto seguido se les presentan a los alumnos diferentes tipos de cartas astrales y se les explica su manejo (diferencia horaria con el UTM, localización del norte, etc.) y se reparte una carta a cada uno para que les guíe en su búsqueda de cuerpos celestes. Se presentan también algunas guías del cielo de 1998 y se lee brevemente el capítulo dedicado a las efemérides del mes que nos concierne (en nuestro caso, noviembre). Así sabremos de antemano que vamos a poder encontrar en nuestra exploración del cielo.

    Tras comprobar que los alumnos van provistos de prismáticos, linterna con luz roja (para evitar deslumbramientos), y papel y lápiz para poder tomar notas, salimos a una explanada alejada de grandes focos de luz, donde hay una vista óptima del firmamento.

   Una vez en ella, los profesores les hacen cuestionarse y buscar explicaciones a los objetos y fenómenos que se observan, poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en el aula. Las actividades se centran en la particular visión de una galaxia elíptica desde su interior (Vía Láctea); el movimiento aparente de las estrellas; la observación del relieve lunar con prismáticos identificando las grandes formaciones; la detección de los planetas visibles en el firmamento (Saturno y Júpiter) y la observación con prismáticos; el titileo de las estrellas; las diferentes coloraciones en la luz estelar; las estrellas fugaces y las constelaciones.

   Para determinar las constelaciones y la posición relativa de los objetos en el firmamento, partimos de la Osa Mayor y localizamos la Estrella Polar, ampliando el campo de búsqueda en torno a ella.

   A partir de aquí, tras la localización de una constelación determinada, se comentarán las cuestiones astronómicas relevantes (naturaleza de sus componentes y las peculiaridades específicas) y los alumnos encargados explicarán el mito correspondiente.

   Para dar unidad a todas las actividades desarrolladas dentro y fuera de clase se planeó una visita al Planetario y al Museo del Prado, donde se estudiaron las pinturas mitológicas relacionadas con la actividad.

   El resultado ha sido muy satisfactorio ya que ha permitido contrastar dos modelos explicativos muy diferentes para una misma realidad, destacando las diferencias entre los mitos y el modelo científico; ha estimulado y desarrollado las capacidades de observación del entorno entre los alumnos y la búsqueda de explicaciones a los fenómenos cotidianos. Además, al darle un enfoque histórico ha despertado el interés en los alumnos por conocer los modos de pensamiento y los conocimientos que existían en la cultura clásica, y refleja que la ciencia no es una actividad estática, y que los modelos y teorías cambian con el tiempo y van perfeccionándose según un proceso continuo e ilimitado.

Vicente Iranzo García y Alicia López Palomera

Profesores del I.E.S. «Montes de Cabañeros» de Horcajo de los Montes (Ciudad Real)

Con la autorización de: http://comunidad-escolar.pntic.mec.es

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