El teatro de Casona sigue vivo entre los alumnos

    Llevo bastantes años impartiendo clase de Lengua y Literatura en el colegio de la FESD de Oviedo y, alguna que otra vez, me encuentro con una sorpresa agradable que hace motivar al profesor y pensar que merece la pena seguir luchando por tus alumnos y que tus indicaciones y consejos no caen en saco roto o en un desierto.

    De entre las sorpresas agradables señalaré la que me ocurrió este último trimestre del curso. En nuestro Plan lector que anualmente revisamos a nivel de Seminario de lengua y Literatura habíamos quedado de acuerdo en incluir la lectura y su correspondiente comprensión de la obra teatral de Casona “La dama del alba”, para los alumnos de 1º. Curso de ESO. Yo doy clase en 1º. C, y la verdad es que, en un principio, tenía algo de temor ya que no sabía si esta obra, estrenada en 1944 en Buenos Aires, les gustaría a los jóvenes alumnos ovetenses setenta años después.

    Mi temor inicial se desvaneció rápidamente. El primer viernes de la tercer a evaluación, el 25 de abril para ser más preciso, me encontré con los alumnos ya repartiéndose los papeles que cada uno quería representar en esta obra teatral universalmente conocida y aplaudida “La dama del alba”. Beatriz quería hacer el personaje de La Peregrina, Carlota quería encarnar a Telva, Santiago al Abuelo y hasta varios alumnos se “peleaban” para conseguir, siquiera, el papel de Mozo o Sanjuanera. La primera batalla la había ganado sin disparar un solo tiro.

    He de decir que la lectura y su correspondiente comprensión nos llevó unas seis clases y, en cada una de ellas, no tenía que decirles a mis alumnos lo que tenían que hacer ya que su predisposición hacia la obra fue total. Incluso cuando faltaba algún alumno a clase porque estaba enfermo o tenía que ir a revisión médica, inmediatamente varios alumnos me pedían representar su papel aunque fuese de forma interina.

    Mi sorpresa fue mayúscula cuando después de terminar la interpretación de la obra maestra de Alejandro Casona, todos los alumnos de 1º.C, me pidieron que, por favor, volviésemos a representarla nuevamente, eso sí, cambiando el papel que cada uno había representado la vez anterior. ¡Estábamos ya en junio! Y les había interesado tanto que, a pesar de lo avanzado del curso, no les había resultado aburrida esta obra teatral setenta años después de su estreno y haber transcurrido, al menos, dos generaciones.

    La dama del alba y el teatro de Casona, en general, sigue vigente después de tanto tiempo entre los alumnos. Su teatro poético, sensibilidad lírica y enseñanzas morales han calado profundamente en el corazón de los jóvenes de ayer y de hoy. Alejandro Casona no ha muerto sigue estando entre nosotros.

   Benedicto Cuervo Álvarez.
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