Propuesta para un plan de actuación léxico-ortográfico en la ESO

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   El autor de este artículo, docente en ejercicio con amplia experiencia en el campo de la formación del profesorado en temas léxico ortográficos, propone en estas líneas un plan sistemático de actuación para combatir el caos ortográfico generalizado en que están sumidos muchos alumnos que cursan la ESO.

   Fernando Carratalá Teruel. Catedrático de Lengua Castellana y Literatura del IES “Rey Pastor” de Madrid

   TRES son los objetivos didácticos que se persiguen con este “plan de actuación léxico-ortográfica”: mejorar la ortografía de los escolares; perfeccionar la composición escrita desde una perspectiva ortográfica; y mejorar las competencias comunicativas de comprensión y expresión a través de la lectura. Expresado con mayor precisión:

  • Mejorar la ortografía de los alumnos que cursan la Educación Secundaria Obligatoria, garantizando la correcta reproducción gráfica por parte de los mismos, de palabras de uso, en especial de aquellas cuya escritura está regulada por normas ortográficas pedagógicamente aceptables.
  • Perfeccionar la composición escrita, empleando correctamente los signos de puntuación que en cada caso mejor convengan.
  • Promover la práctica reflexiva sobre los mecanismos de la lengua – al servicio de una mayor comprensión y de una mejor expresión -, utilizando la lectura de textos pertenecientes al ámbito de la literatura juvenil actual como vehículo idóneo para mejorar las competencias comunicativas.

   El dominio ortográfico de palabras del vocabulario más usual es el objetivo prioritario. Para ello, por medio de la realización de un amplio panel de actividades – que, indiscutiblemente, implican el desarrollo del hábito de la lectura recreativa, así como el manejo de diferentes tipos de diccionarios -, los alumnos que se incorporen a este “plan de actuación léxico-ortográfica” deberán dominar – o, al menos, eso es lo que se pretende – la correcta escritura de palabras pertenecientes al vocabulario usual que presentan dificultades ortográficas:

  • Sea porque llevan tilde, aditamento gráfico del que suele prescindirse con demasiada frecuencia, sin tener presente que es portador de una intencionalidad fonológica diferenciadora en el plano léxico-semántico. (Compruébese, por ejemplo, la diferencia de significado entre hábito -nombre, palabra esdrújula con tilde -, habito – forma verbal, palabra llana sin tilde – y habitó – forma verbal, palabra aguda con tilde -; o entre savia -nombre, palabra bisílaba y llana, sin tilde – y sabía – forma verbal, palabra trisíaba y llana, con tilde sobre la vocal cerrada /i/ para deshacer el diptongo /ia/: /sa.bí.a/).
  • Sea porque continen fonemas que son susceptibles de una representación gráfica múltiple, como es el caso de los siguientes fonemas:

 – /k/, representado por las grafías homófonas c/dígrafo qu/k.  – /z/, representado por las grafías homófonas z/c.   – /g/, representado por las grafías homófonas g/dígrafo gu.   – /rr/, representado por las grafías homófonas r/dígrafo rr.   – /i/, representado por las grafías homófonas i/y.   – /b/, representado por las grafías homófonas b, w, v.   – /j/, representado por las grafías homófonas j/g.

  • Sea porque contienen letras que no representan a ningún fonema, como es el caso de la h – presente, por ejemplo, en hibernar; pero ausente en invierno, voz que procede del latín hibernus, y que se incorpora al castellano a través de ivierno -; o el caso de la u del dígrafo gu, signo diacrítico para diferenciar los fonemas /g/ y /j/ (compruébese, por ejemplo, la diferencia de sonido y escritura entre el dígrafo gu de la voz guerrero y la grafía g de la voz gentío, g que suena como la grafía j en la voz jefe).
  • Sea porque contienen letras diferentes que han unificado su pronunciación, como consecuencia del yeísmo (haya – forma del verbo haber/nombre de árbol – y halla – forma del verrbo hallar -), el seseo (hacia – preposición – y Asia – nombre -), etc.

   Será necesario igualmente, afrontar la correcta escritura de los préstamos lingüísticos y extranjerismos que se han venido incorporando a nuestra lengua – y que tienen un tratamiento específico en la última edición del Diccionario de la Lengua Española, de la RAE, publicada en el año 2001; y, también, profundizar en informaciones varias referidas a las peculiaridades ortológicas, ortográficas, morfológicas, sintácticas, semánticas y de uso de las palabras de mayor empleo, con objeto de que los alumnos vayan desarrollando un sentimiento de respeto hacia la expresión correcta y apropiada, contribuyendo, así, a una mejora sustancial en el uso funcional de su propia lengua.

   Vinculación del plan con los objetivos curriculares

   El Real Decreto 3473/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria (BOE del 16 de enero de 2001), en el punto 1 de su artículo único, enumera determinados Objetivos Generales de Etapa, que deben convertirse en el referente último en el que hacer converger todos los esfuerzos. Son, en concreto, los siguientes:

  • Objetivos Generales de Etapa a, c, especialmente necesarios para el desarrollo de las competencias comunicativas de comprensión y de expresión.
  • Objetivo General de Etapa d, especialmente necesario para la consolidación de procedimientos y, en general, de técnicas para “aprender a aprender”, a través de las que puede irse logrando una paulatina autonomía personal de los alumnos en las tareas de aprendizaje. Dicho objetivo se convierte en indispensable cuando se trata de manejar diferentes tipos de diccionarios para garantizar el dominio léxico-ortográfico de las palabras.

   En un plano más concreto, el “plan de actuación léxico-ortográfica” se planteará alcanzar los siguientes objetivos específicos:

  • Consolidar la escritura de ciertas palabras que, perteneciendo al vocabulario activo (o de expresión), ofrecen dificultades ortográficas; y siempre a través del método viso-audio-motor-gnósico.
  • Aumentar el vocabulario gráfico, escribiendo sin errores ortográficos (tildes y letras) palabras de uso frecuente, especialmente reguladas por determinadas normas ortográficas.
  • Elaborar breves composiciones escritas en las que el empleo de los signos de puntuación adecuados contribuya a la coherencia y cohesión textual.
  • Valorar la lectura recreativa – “leer por el puro gusto de leer” -, practicada con asiduidad, como medio para fijar visualmente la correcta ortografía de las palabras.
  • Manejar con asiduidad diferentes tipos de diccionarios.Contenidos
       Se presenta, a continuación, una propuesta de los contenidos específicamente ortográficos que deberán ser progresivamente abordados.
  • Consolidación de la ortografía fonética o natural.
  • Letra inicial mayúscula.
  • Grupos homófonos /-m.b-/ y /-n.v-/ en palabras usuales.
  • Fonema /i/: y (conjunción), y al final de diptongo (jersey, convoy, etc.) y triptongo (guay, buey, etc.): lo que implica el estudio de la sílaba, de los diptongos y triptongos, así como del guión para separar palabras a final de renglón.
  • La diéresis en las combinaciones güe/güi.
  • Grupos /-c.c-/ (acción) y /-c.t-/ (actor); palabras con k (karaoke); palabras con z ante e, i (zepelín, zigzag).
  • Las reglas de la acentuación ortográfica.
  • Principales reglas ortográficas que afectan a la escritura de las formas verbales: b en imperfectos de indicativo de la primera conjugación; b en infinitivos terminados en /-bir/; v en los pretéritos de tuve (y compuestos), anduve y estuve; j en pretéritos terminados en /-ducir/; j en los pretéritos de decir y de traer, así como de los compuestos de estos verbos; etc.
  • La grafía h (en posición inicial e intercalada) en palabras de uso.
  • Las grafías homófonas g/j (en palabras de uso: general/jefe, jirafa/girasol).
  • Acentuación de diptongos, triptongos, hiatos.
  • Reglas ortográficas especialmente útiles por la amplitud de su “universo de aplicación”: b ante consonante (objeto, subvertir, etc.); grupos subs- + consonante (substancia, substantivo, etc.), obs- + consonante, (obscuridad, obstruir, etc.), abs + consonante (abstemio, abstraer etc.); etc.
  • Principales casos de tilde diacrítica.
  • Conflictos homonímicos planteados por el verbo haber.
  • Las palabras homónimas con dificultades ortográficas: vocablos homófonos no homógrafos de mayor uso (baca/vaca, basto/vasto, etc.).
  • Acentuación de letras mayúsculas y de palabras compuestas. Acentuación de voces y expresiones latinas, y de palabras de otras lenguas.
  • Extranjerismos cuya escritura o pronunciación se ajustan mínimamente a los usos del español: club, réflex, airbag, etc. Extranjerismos cuya escritura o pronunciación son ajenas a las convenciones de nuestra lengua – y figuran recogidos en el DRAE -: rock, pizza, blues, etc.
  • La escritura de las principales abreviaturas y siglas.
  • Escritura de símbolos y abreviaturas correspondientes a los elementos químicos y a las unidades de medida, de uso preceptivo por su carácter internacional.
  • Principales formantes – prefijos y sufijos – que manifiestan capacidad productiva en la lengua actual: extra-, -aje, etc.
  • Las familias de palabras (y su incidencia en el aprendizaje ortográfico).
  • Los principales signos de puntuación (usos lingüísticos): el punto – y seguido, y aparte, final -, la coma, los puntos suspensivos, etc.
  • Los signos ortográficos “auxiliares”: el guión, la barra, el apóstrofo, el párrafo, el asterisco, las llaves.
  • Usos no lingüísticos de determinados signos de puntuación (el punto, la coma, los dos puntos, el guión y la barra).
  • La construcción de diálogos – el estilo directo -: la raya y los dos puntos.Metodología

   El proceso de enseñanza-aprendizaje de la ortografía tomará en consideración los siguientes planteamientos metodológicos:

  1. Para la adquisición de los vocablos se empleará el método viso-audio-motor-gnósico, que integra significante y significado, y cuya “rentabilidad” está fuera de toda duda.
  2. En todo momento se evitará la “fuga de letras” y, por consiguiente, las palabras se reproducirán con todas sus letras. (En casos excepcionales, las dificultades ortográficas pueden subrayarse con un refuerzo cromático, para facilitar así la fijación visual y permitir una mejor grabación cerebral de las mismas).
  3. Con objeto de favorecer la puesta en práctica de la capacidad de generalización, se potenciará el método inductivo (de lo particular a lo general), para alcanzar – por inferencia – cualquier principio normativo de carácter ortográfico.
  4. Dado el descrédito absoluto que acompaña hoy a los ejercicios de dictado, deberá replantearse la forma en que han de desarrollarse, ya que, en la práctica, este método de aprendizaje ortográfico ha quedado reducido a un mero instrumento de evaluación del rendimiento ortográfico alcanzado por los alumnos. Nos sumanos, a este respecto, a las tesis de Esteban Villarejo Mínguez que, no sin cierta razón, escribía hace más de cuatro décadas: “Evitar el error es mejor procedimiento que enmendarlo. Por dos razones principales: por salir al paso de reacciones emocionales negativas y por anticiparse a malos hábitos de escritura. El empleo del dictado como instrumento de enseñanza ortográfica es, según esto, deprorable. Deja que la falta se produzca para comenzar entonces el verdadero aprendizaje, que se reduce a la enmienda magistral y copia reiterada del vocablo debidamente escrito. De poco sirve. Resiete y persiste el clisé falso contra los más esforzados intentos por desecharlo”. (La cita está tomada del trabajo “Cómo enseñar ortografía”, publicado en Lengua y enseñanza. Perspectivas. Madrid, CEDODEP, 1960, p. 243).

   Por consiguiente, se empleará el dictado para que los alumnos progresen en el conocimiento del idioma en general – en sus variadas parcelas, entre ellas, la de la corrección ortográfica -; y no como un rutinario sistema de comprobación del mayor o menor rendimiento ortográfico de los alumnos en el ámbito estrictamente ortográfico. Porque, a fin de cuentas – y como escribió Payot -, “si se aprende ortografía no es por el dictado, sino a pesar del dictado”.Recursos

   La realización de las actividades previstas requiere, por parte del profesorado, el manejo del Diccionario de la Lengua Española, de la RAE – en su última y reciente edición, del año 2001 -; y la información en él obtenida se complementará acudiendo a otros tipos de diccionarios más específicos, tales como los diccionarios de los que es autor el académico Manuel Seco – el Diccionario de dudas y dificultades de la Lengua Española, y el Diccionario del Español Actual -, el de María Moliner – Diccionario de uso del español -, el de Julián Casares – Diccionario ideológico de la Lengua Española -, etc., etc.

   Por su parte, los alumnos manejarán, un diccionario de reciente publicación, y adecuado al nivel de la ESO, que determine, en su caso, cada profesor.

   Los alumnos deberán, además, cubrir un “plan lector” de obras seleccionadas entre algunas de las colecciones con más prestigio e implantación en el ámbito escolar – especialmente obras que entran en el terreno de la literatura juvenil actual -, con objeto de que, a través de su “enfrentamiento” con las mismas, vayan desarrollando el gusto por la lectura, aspecto éste de gran relevancia no sólo para mejorar el rendimiento léxico-ortográfico, sino para contribuir a su formación integral como personas.Criterios de evaluación y de calificación.

   Estos son algunos criterios de evaluación diseñados para diagnosticar el nivel de progreso en el desarrollo de las competencias comunicativas, con especial incidencia en el ámbito de las “destrezas ortográficas”:

  • Expresarse por escrito respetando la convención ortográfica, lo que implica escribir el significante de las palabras de forma correcta (con tilde las palabras que la lleven y con la grafía que corresponda a los fonema transcritos).
  • Componer textos escritos empleando los signos de puntuación que en cada caso convengan.
  • Recurrir a la lectura y a la escritura como fuentes de enriquecimiento y de placer personal (observación directa).
  • Manejar distintos tipos de diccionarios en la producción y comprensión de textos propios y ajenos, orales y escritos.

   En cualquier tipo de pruebas escritas que realicen los alumnos se valorarán, expresamente, los siguientes aspectos “formales”, que incidirán positiva o negativamente en la calificación de dichas pruebas escritas, y en la proporción que en cada caso se establezca:

   Expresión escrita:

  • Corrección ortográfica: empleo de la tilde, usos correcto de las diferentes letras, empleo adecuado de los signos de puntuación.
  • Amplitud y “calidad” del vocabulario: riqueza y variedad, propiedad, precisión, corrección, registro lingüístico culto, etc.
  • Variedad y corrección sintáctica.
  • Presentación y limpieza.
  • Razonamiento lógico. Coherencia en la expresión de las ideas y cohesión en la forma de presentarlas.

   Con la autorización de: http://comunidad-escolar.pntic.mec.es

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