¡Niño, deja de dar patadas!

   Nuestro hijo pega a sus compañeros de clase, patalea cuando no obtiene lo que quiere y tiene reacciones violentas. Es un niño agresivo y no sabemos qué hacer con él. Este comportamiento va in crescendo y nos preocupa que se convierta en un problema mayor. La conducta agresiva, en la mayoría de los casos, se aprende. Pero si nuestro hijo ha aprendido a ser agresivo también podemos enseñarle a dejar de serlo.

   Si con frecuencia pelea con su hermano, debemos procurar que no estén solos mucho tiempo. Incluso podemos jugar con ellos para que, con nuestro ejemplo, aprendan a compartir y colaborar.

   Si tenemos que regañar a nuestro hijo, procuraremos hacerlo en voz baja y no gritando. De este modo no estaremos siendo modelos de conducta agresiva a los que imitar.

   Cuando nuestro hijo sufra una rabieta, no debemos ceder. Si ve que no consigue lo que quiere, dejará de comportarse agresivamente. Pero debemos estar preparados, ya que, antes de que la conducta desaparezca, pasará por una etapa en la que las rabietas serán más intensas a fin de conseguir su propósito. Será difícil pero nuestra actitud debe ser firme y segura.

   Elaborar un plan de acción para cambiar la conducta agresiva.

   Es muy importante que tanto el padre como la madre actúen bajo el mismo criterio ante las conductas agresivas.

   Si dedicamos atención y tiempo a hablar con nuestro hijo podremos detectar con mayor facilidad cuál es el motivo de la conducta agresiva.

   Sonia Martínez García.- Psicóloga y educadora infantil
   Con la autorización de: www.solohijos.com
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