Cómo mejorar las relaciones entre los hermanos

Hermanos

   – No pueden estar el uno sin el otro, pero luego están todo el día peleando.
   – ¡No entiendo por qué están enganchados todo el día!

   – A veces me pregunto si se quieren o no…

   – ¿Se acabará esto alguna vez?

   ¿Te suena? ¿Es normal que discutan? ¿Todo son peleas y enfrentamientos? ¿Sólo eso? A veces solo nos fijamos en lo negativo y no nos percatamos de que la convivencia entre hermanos, además de hacernos perder la paciencia en ocasiones, son un factor importante de enriquecimiento y madurez para nuestros hijos.

   En la convivencia fraterna nuestros hijos aprenden a:

   Solucionar conflictos y desacuerdos: La relación entre hermanos es un lugar de aprendizaje privilegiado. NUCKOLL, 1993, afirma que «la rivalidad entre hermanos no es exactamente un aspecto del desarrollo, sino un banco de operaciones, la plataforma de lanzamiento para la necesaria capacidad adulta de competir». Un hermano es a la vez aliado y enemigo, rival y confidente, compañero y oponente. porque es una de las relaciones más ricas y complejas que establecemos y en las que se basan, en gran parte, las posteriores.

   Compartir las cosas y, lo que es más importante, la atención de los padres. Los niños aprenden con los hermanos que no son «el centro del Universo», aprenden a querer y dejarse querer sin tendencia a la posesión.

   Conocerse a sí mismos, sus talentos, aptitudes y límites. Aprenden a conocer su personalidad y su manera de reaccionar en determinadas circunstancias.

   Construir relaciones con los otros: Aprenden a respetar el turno, a comprender el punto de vista de la otra persona, a calibrar el efecto de las palabras y a medir sus fuerzas y la de los otros. Se entrenan sin saberlo para cuando, en un entorno social más amplio, necesiten utilizar esas mismas habilidades.

   Hacer concesiones, negociar y controlar su agresividad. Que a veces «lleguen a las manos» no significa que este comportamiento siempre vaya a ser así en el futuro sino que, como consecuencia de esas mismas confrontaciones, irán aprendiendo nuevos mecanismos para controlar su impulsividad.

   ¿Por qué se pelean tanto?

   Nuestros hijos se pelean por muchos motivos: Para divertirse, para desahogarse, para conseguir atención, para defender sus derechos, para herir o sencillamente para demostrar que se tiene el control. Y en todas estas circunstancias es absolutamente normal que los niños recurran a las peleas. Saben que tendrán severas consecuencias, que serán castigados pero… es igual. Insisten en molestar y hacer rabiar a sus hermanos a pesar de todo.

   El problema no son sus peleas y rabietas sino… ¡tu reacción ante ellas! Estás cansado de todo el día, de decirles constantemente que no se peleen, de escuchar insultos y lloros… y te preguntas abatido si estás educando bien a tus hijos. Esta sensación de inseguridad, de impaciencia y de excesivo control es realmente el problema, no la relación entre ellos, que es absolutamente normal.

   ¿Cómo intervenir positivamente en las relaciones fraternales?

   1. PREVENIR: Adelantarnos a los conflictos

   2. ACTUAR: Intervenir en los conflictos

   3. REVISAR: Sacando conclusiones

   En cada uno de estos ámbitos de actuación podemos aplicar las siguientes pautas:

   1. PREVENIR: Adelantarnos a los conflictos

   Establece acuerdos en los temas que causen conflicto: Qué programa de televisión ver, a quien le toca sacar la basura, quién pone la mesa, quién elige el cuento de la noche. Ellos mismos se organizarán y posiblemente evitarás algunas peleas.

   Deja claras las normas sobre las prohibiciones y asegúrate que las conocen todos tus hijos: «Me defiendo con las palabras, nunca con los puños». Y las consecuencias: «Si pego a alguien, iré a mi habitación durante media hora». Hacemos y repetimos aquello que tiene una consecuencia positiva y dejamos de hacer lo que no lo tiene o tiene una negativa. Aprovecha esta norma básica del aprendizaje.

   Hazles sentirse únicos y especiales. Has de tratarlos como lo que son: individuos únicos e irrepetibles. Ante su afirmación «le quieres más a él que a mí» contesta que cada hijo es distinto y que les quieres de forma diferente. No te va a ser difícil encontrar algo especial que celebrar con cada uno de ellos. Todos tenemos algo en lo que destacamos, algo especial. ¡Aprovéchalo para hacerles sentirse incomparables!

   Dedícales un tiempo exclusivo. Bastan diez minutos de atención individualizada. Recuerda que la atención es la más poderosa recompensa. Reserva un espacio y un tiempo para el encuentro personal. Determina cuál va a ser el momento para cada uno lo más claro que puedas: antes de cenar, para uno; cuando llega del colegio, para el otro… de forma que no te comprometas a nada en ese intervalo de tiempo que dedicas a cada uno de forma individual. Da igual el momento que elijáis, pero debe existir.

   Evita las comparaciones. Cada niño es distinto. Carmen Posadas, en su libro Padres, padres (e hijos, hermanos y demás especies), habla del «Frater Perfectus», ese ser ideal y fabuloso con el que siempre nos comparan. ¿Te imaginas que a ti siempre te compararan con un compañero o compañera de trabajo?:»García ha conseguido. Cuando García estaba en tu puesto. A ver si aprendes de García.» Sentirías desvalorado tu trabajo (en el caso de tus hijos lo no valorado es su identidad), herida tu autoestima (siempre solemos destacar en los niños aquello en lo que el otro es mejor) y con seguridad anidarías sentimientos de rivalidad con la persona con la que te compararon.

   2. ACTUAR: Intervenir en los conflictos

   2.1 Situación A: Discusiones «civilizadas»
   No intervengas ni inmediatamente ni sistemáticamente. Deja que traten de solucionar el problema por sí mismos. Si intervienes, no les dejas aprender a buscar alternativas, a controlar su agresividad y, lo que es más importante, a reconciliarse.

   Si están discutiendo y peleándose (y tu controlas que no haya un serio peligro), ¡Déjalos! Intenta ignorarlos, sal de la habitación y no digas nada. Seguro que acaban arreglándoselas.

   2.2 Situación B: Todavía se puede reconducir la situación entre ellos

   Si no has podido evitar que entren en conflicto y las circunstancias obligan a que intervengas, te aconsejamos:

   Reconocer sus sentimientos: «Parece que estáis muy tristes y enfadados». Admitir la rabia que sienten les ayudará a sentirse comprendidos y, por lo tanto, a calmarse.

   Escuchar el punto de vista de cada uno.

   Describir el punto de vista de cada uno, sin dar ninguna opinión: «Sara, dices que hoy te toca elegir el video ya que Alberto lo eligió ayer. Alberto opina que él debe elegir el vídeo porque ayer solo lo vio empezar y luego lo tuvo que apagar porque ya era tarde»

   Enunciar el problema: «Por lo que me contáis, parece ser que los dos queréis elegir la película y solo hay una televisión».

   Expresar confianza en su capacidad para solucionar el problema: «Estoy seguro que entre los dos encontrareis la mejor solución»

   Salir de la habitación.

   2.3. Situación C: Si no llegan a una solución y te piden ayuda, puedes dársela sin juzgar a nadie:

   Describe la situación: «Sara quiere elegir hoy el video y Alberto también ya que, aunque lo eligió ayer, no pudo verlo porque le quedó poco tiempo después de hacer los deberes».

   Recuerda las normas:

   La televisión se podrá ver cada día durante 30 minutos solo si se han acabado los deberes

   Cada día uno de vosotros elegirá alternativamente el video

   Invítales a negociar: «De todas maneras, yo creo que podéis llegar a un acuerdo entre los dos»

   Retirarse y dejarlos solos

   2.4. Situación D: La situación les sobrepasa y debes intervenir urgentemente pues se han pegado o están a punto de pegarse furiosamente

   Describir el comportamiento incorrecto: «Veo a dos niños gritándose y a punto de pegarse»

   Separarlos: «Id ahora mismo cada uno a vuestra habitación hasta que estéis tranquilos y podáis hablar sin insultaros ni pegaros». Te recomiendo una fórmula que les hace, con cierta dosis de humor, entender bien la situación: «Tú al Polo Norte y tú al Polo Sur».

   3. REVISAR: Sacando conclusiones

   En el caso de que los hayas separado y una vez pasada la situación conflictiva, con el ambiente más calmado, es el momento para volver sobre ello y revisar tanto nuestro comportamiento como el suyo, con la intención de sacar una conclusión positiva y aprender de ella.

   Y es precisamente en estos momentos, no justo cuando están discutiendo, cuando tienes la posibilidad de repasar con ellos los acontecimientos, recordarles las normas de la casa, animarles a que sugieran estrategias para encontrar la solución e inculcar valores como el respeto, la generosidad.

   Consejos prácticos para mejorar la relación entre hermanos:

   No juzgues. Te arriesgas a que uno u otro no consideren justa tu opinión y se enfaden todavía más.

   No fuerces la interacción ni a hacer las paces. A veces les insistimos en que se den un beso o un abrazo que no soluciona el conflicto. Es como un herida que cierra en falso: no está curada, sino sólo aparentemente. Es mejor aceptar sus sentimientos.

   No eches la culpa al mayor por el simple hecho de ser el mayor (y en teoría, el que ha de dar ejemplo). Posiblemente conseguirás que actúe en otras ocasiones de la misma manera agresiva ya que siempre «se las carga» por ser el mayor, independientemente de la causa.

   No protejas al más pequeño de tus hijos porque éste se aprovechará de tu incondicional protección para molestar sutilmente al mayor.

   Jamás les pegues porque al hacerlo les enseñas que la violencia es una herramienta útil para solucionar problemas.

   Si están a punto de pegarse, invítalos a hacer alguna otra actividad que les permita distraerse y olvidarse de su enfrentamiento.

   Después de pelearse y si tus hijos ya saben escribir, invítales a que escriban en un papel lo ocurrido y cómo se han sentido. Se puede sintetizar en cuatro frases y les servirá para reflexionar y reconocer sus sentimientos.

   Promueve la interacción y colaboración aunque sea en cosas pequeñas. Intenta planificar actividades familiares en las que todos participan como juegos sin competición, reuniones para discutir reglas, solucionar conflictos.

   Enseña a tu hijo que hay otras maneras de defenderse además de las patadas y los puñetazos. Enséñale a utilizar el sentido del humor, a utilizar su inteligencia y a ignorar provocaciones.

   Aprovecha el humor para que reflexionen sobre su propio comportamiento y relativicen los conflictos. Juega con ellos a cambiar los papeles: «Ahora nosotros somos los niños y vosotros los padres»

   Cuando uno de los hermanos «se chiva» al padre o madre, estos no deben premiar al chivato castigando al otro hermano. Debes contestar: «No me cuentes las cosas malas que hace tu hermano. Cuéntame algo sobre ti o solo aquellas cosas buenas que hace tu hermano.» Poco a poco se darán cuenta de que no sirve de nada chivarse. Solo agradéceselo puntualmente si te avisan de que está haciendo algo peligroso.

   Evita etiquetarles. Calificar a un niño de «travieso» o «tranquilo» significa sencillamente que se ha comportado de ese modo en ese momento concreto y no que lo sea de verdad. Cuando encasillamos de este modo, fomentamos que los niños se enfrenten porque saben que nosotros esperamos que jueguen un papel determinado.

   Libros REALMENTE interesantes sobre este tema:

   Título: 50 ideas para hacer feliz a tu hijo

   Autores: Miguel Ángel Conesa Ferrer

   Editorial: Mensajero

   ISBN: 84-271-2627-1

   Este libro no se centra en el tema de las relaciones entre hermanos. Su objetivo es trasmitirnos la idea de que los padres debemos y podemos dar a nuestros hijos los elementos necesarios para que aprendan a ser felices, a pesar de las dificultades que se encuentren por el camino. Un niño que se siente feliz es más fácil que se relacione satisfactoriamente con sus hermanos, con sus amigos, consigo mismo… Os lo recomendamos porque sus consejos son fáciles de adaptarlos a todas las circunstancias familiares y porque propone para cada tema tratado tres consejos que es mejor evitar.

   Título: ¡Jo, siempre él! Soluciones a los celos infantiles

   Autores: Adele Faber y Elaine Mazlish

   Editorial: Alfaguara

   ISBN: 84-204-5835-X

   Las autoras abordan exhaustivamente el tema de las relaciones entre hermanos en este libro: Los celos, cómo les afectan las etiquetas que les ponemos, las discusiones… Como ya es característico en ellas, nos ofrecen las ideas principales con dibujos y viñetas que nos permiten intuir con facilidad el concepto que quieren trasmitir. Es un libro que se lee con rapidez, que aporta muchísimas ideas prácticas y que te servirán, no solo para fomentar las buenas relaciones entre hermanos, sino para acercarte más a ellos y entender cómo se sienten cuando rivalizan con sus hermanos.

   Título: Querer sin malcriar

   Autores: Nancy Samalin

   Editorial: Medici
   ISBN: 84-89778-72-8

   Es un pequeño libro de 308 páginas que nos ofrece algunos de los temas educativos que más preocupan a los padres: Luchas de poder, caprichos infantiles, disciplina positiva, autoestima, desfase comunicativo, problemas cotidianos… Y entre ellos, toca el tema de la relación fraternal, la rivalidad entre hermanos, peleas, celos… El capítulo 7 es un capítulo completo que concentra las ideas más importantes acerca de la armonía entre hermanos y ofrece pautas muy precisas para fomentarla en el día a día en casa.

   Por Miguel Ángel Conesa, autor del libro «50 ideas para hacer feliz a tu hijo» y Elena Roger Gamir, Pedagoga del Gabinete Pedagógico Solohijos

   Con la autorización de: www.solohijos.com
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CD con 4 programas educativos: Nueva ortografía 3º P, Nueva ortografía 4º P, Técnicas de estudio y Cuatro operaciones.

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Como favorecer las relaciones entre hermanos

24 comentarios sobre “Cómo mejorar las relaciones entre los hermanos

  1. Tengo problemas con mi hermana mayor .
    Siempre senti que no me queria desse pequeña ella me lleva 20 años de diferencia a los12 años mi mamá fallecio mi hermana se arto de mi porque era revelde y no aprendia las cosa se la casa paso años lejos de ella porque pense para que estar serca se alguien que no me sa cariño entonces lw di una oportunidad mientras trabajaba vivi con ella y su familia poco a poco comenso sus celos cualquier cosa se molesta en ese momento necesitaba un hogar no soporte y me fui luego nos reconciliarmos y regresé a su casa un dia enfermo y la operaron la cuide y de monento a otro no le gusto algo de mi se molesto no me habla ae que tengo yo la culpa seberia alejarme de ella pensar que un dia por falto de mi madre la quise mucho ahora no se estoy muy resentida con ella pronto viajare al extranjero que sera se ella tiene hijos varones.

  2. Hola mis niñas tienen 2 y 4 años la mayor puede estar con un libro pero si la hermana toma un carrito habiendo 5 carritos la mayor va y se lo quita o se lo pide por que ahora ella quiere jugar con el y pasa con todo comida ropa, muñecos etc… No se qué hacer pues la pequeña busca mucho a la hermana y quiere jugar abrazarla y hacer como su hermana pero la mayor no se lo permite, la avienta o la rechaza y sólo cuando ella quiere la acepta, pero la chiquita se pone triste y llora y/o le grita o la pelea o busca lastimarla ante el rechazo, estoy angustiada no se qué hacer para generar una mejor relación entre ellas y es tan constante que llega un momento en el que yo también ya estoy cansada de esas situaciones y me exaltó castigándolas o quitándoles cosas que les había prometido!! No se sí estoy haciendo bien pero no me siento tranquila!! Que puedo leer o hacer? Ayuda

  3. hola me llamo Francis y tng 24 años y rng 2 niños el mayor tiene 8 y la niña tiene 6, èl tiene TDAH y son pocos los momentos q stan bien èl dice parecer q no la kier y la rechaza x ser niña porqu dice q el queria una hermana m da mucho miedo q lleguen a grande asi, ya q lo mismo paso cnmigo y mi hermano y ahora q stamos grandes no nos hablamos

  4. Hola Yane:
    Parece que hay frecuentes peleas entre sus dos nietos.
    En primer lugar tendrían que actuar los padres. ¿Es posible?
    También podrían echar una mano los profesores del colegio para ir todos en la misma dirección
    Mientras pueden haer ejercicios en:

    http://www.aplicaciones.info

    Un cordial saludo de
    Arturo Ramo

  5. Hola .soy una abuela preocupada ,y quisiera si pueden decirme si estoy herrada. Tengo dos mié!tos hermosos los cuales pelean casi todo el tiempo. Mi hija le dise al de siete años q es malo ,aveces q tiene maldad para con su hermana cuando el la pelea o aveces le pega con serrerías, pero cuando la de dos años le pega incluso asta con una varilla de fierro le dio en la cara y le dejo un machucon q le duro como dos semanas, le a dado con la escoba,con lo q tenga a mano,le rompe todos los juguetes etc, ella solo dice. esta de viva !!!,me pregunto ?¿esto cuanto afecta a mi nieto de siete años.aparte cuando quiero hacerle ver q es injusta se enoja y termina peliando diciendo q lo defiendo qvel es zorro,q tiene la maldad incorporada,q no se le puede decir nada y desprosticando en contra del niño mientras levanta la voz y golpea todo,eso no le afecta ? Ycuanto .nesecito ayuda. Gracias..atme. Yane.

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