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3 comentarios sobre “Artículos

  1. El profesor, que es el responsable del Proceso Docente Educativo (PDE) en el aula, debe tener entre sus funciones:
    1. Trabajar sobre el grado de participación de los estudiantes en la solución de problemas profesionales
    2. Ser un investigador de toda actividad que ayude al mejor desarrollo del PDE.
    3. Realizar trabajo metodológico sobre los aspectos del PDE que puedan ser mejorados para lograr mejores resultados.
    4. Sobre el trabajo independiente y la autopreparación
    5. Trabajo educativo
    6. Sobre el sistema de evaluación
    La autopreparación es una de las formas organizativas del PDE por medio de la cual el estudiante realiza trabajo independiente como resultado de la orientación del profesor con el objeto de estudiar las diferentes fuentes del conocimiento, orientadas, de prepararse para las otras formas organizativas del PDE, de realizar el trabajo extraclase y la evaluación, por lo que cumple una importante función de enlace.
    La autopreparación del estudiante constituye una condición indispensable para el logro de los objetivos propuestos.
    La función del profesor, además de instruir al estudiante, que es dotarlo de un sistema de conocimientos y habilidades, tiene que ser la de educar a través de esa instrucción, es decir, formarlos como profesionales integrales, el profesor, además de dirigir el proceso cognoscitivo, establece relaciones afectivas que posibilitan influir decisivamente en la formación de sus valores y sentimientos. El profesor es el modelo a seguir y mediante su ejemplo y palabra debe mostrar como enfrentarse en la sociedad a los problemas existente para resolverlos adecuadamente.
    Hay una serie de interrogantes que los profesores se plantean para reconocerse en su práctica profesional: ¿para qué educar?, ¿cómo educar?, ¿es el profesor responsable del aprendizaje del alumno?; pero se nos olvida la pregunta elemental: ¿qué es educar?. Hay quienes pueden afirmar que educar es formar individuos con cuerpos dóciles y mentes sumisas; otros pueden decir que es incorporarlos a la vida social, preparándolos para cumplir con una función (socialmente necesaria), hay quienes se podrán identificar con la aseveración de que educar es propiciar el desarrollo de las potencialidades del educando; por qué no considerar que educar es hacer que el alumno sea coparticipe del mundo, para lo cual requerirá reconocer y cuestionar el presente, saber cual es su pasado y así distinguir entre lo que es necesario conservar y lo que puede subvertir. De esta manera el proceso educativo sintetiza presente, pasado y futuro. El alumno tendrá la capacidad y la confianza de atreverse hacer lo que no sabía hacer, brindarle la confianza suficiente para que conozca su pasado, reconozca su presente y vislumbre un futuro con su participación.
    El alumno para aprender tiene que querer aprender, nadie puede aprender por otro. Su proceso de aprendizaje implicará la construcción gradual de su autonomía relativa, que le permita constituirse como una persona con compromiso colectivo.

    El profesor responsable no sólo quiere ser profesor, hace el esfuerzo por serlo, por estar siendo (pasado, presente y futuro) y conoce y cuestiona; y continúa conociendo y no deja de aprender.
    El profesor se desenvuelve en un contexto social específico, y no puede dejar de considerarlo. El Plan de Estudios y por lo tanto los programas de las asignaturas, aunque se tienen que estar revisando y actualizando periódicamente, frecuentemente son rebasados por las circunstancias del medio social. El Plan de Estudios expresa un perfil de egreso, la asignatura señala objetivos y unidades temáticas. El profesor puede considerar que su deber es disciplinarse y someterse al programa; considerar las exigencias del entorno e incidir en el alumno para que se prepare para cubrirlas; o propiciar en él la capacidad de reflexión, análisis y crítica.
    El profesor que asume su profesión con vocación y por lo tanto con pasión y responsabilidad, tiene el reto de unir esfuerzos con otros profesores que compartan la vocación y el propósito de organizar el sistema de ayudas para que el alumno sea capaz de comprender el mundo de hoy y construya alternativas. Reconocerlo y tratarlo como persona. Proveerlo de los conocimientos y habilidades para cubrir exigencias laborales, pero a su vez compartirle y fomentarle una actitud reflexiva, crítica y propositiva, sembrar inquietudes y vislumbrar esperanzas. Conocer y cuestionar el genocidio neoliberal, la globalización de la exclusión, del desempleo, la pobreza y la desesperación, vivir y enfrentar la depredación de la naturaleza, con el consecuente deterioro ambiental.
    La universidad tiene el compromisos de formar alumnos reflexivos, con el entendimiento de que el ser humano, sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias (Mills, 1997:25). Existe una conexión entre nuestro destino personal y la presencia de miles de personas y cosas de cuya existencia no sabíamos o no sabemos nada, y que pueden influir o de hecho influyen, del modo más asombroso, en nuestra vida y su desarrollo, de tal forma que, al menos por nuestro propio interés, debiéramos esforzarnos en conocer no sólo lo que está aquí, sino también lo que está allá, en algún lugar a gran distancia en nuestro planeta (Kapuscinski, 1998:27).
    El primero es un papel técnico, que permite identificar a los docentes como expertos habilitados para guiar el aprendizaje de los alumnos conforme a determinadas reglas metódicas de reconocida solvencia. Este papel ha ido incorporando algunas funciones que desbordan la docencia clásica, como las relacionadas con la tutoría, la gestión didáctica y la innovación. Su identidad se define por una tarea de claro matiz tecnológico según la cual el profesor sería un ingeniero de la instrucción.
    El segundo papel se asocia a los aspectos éticos y socializadores de la profesión. El docente ha sido, es y será, en el sentido durkehimiano más estricto, un agente de primer orden en el proceso de socialización metódica de los menores en el tejido social. Los valores, actitudes y otras pautas de conducta que exhibe o vehicula constituyen un marco de referencia normativo para las personas en formación. Por otra parte, como juez evaluador, el docente desempeña una función fundamental de control social, al legitimar través del sistema de exámenes, calificaciones y grados los prerrequisitos del orden meritocrático e influir en las estrategias de reproducción, movilidad, igualitarismo y compensación.
    Finalmente, el tercer papel del profesor se vincula a la satisfacción de las necesidades de autorrealización de los individuos en formación y de sus demandas de bienestar. Este papel enlaza con algunas tradiciones bien enraizadas en el mundo pedagógico, como las que enfatizan el papel del docente como preceptor, partenaire o terapeuta.

    Con este artículo se pretende dar una visión del papel que ha de desempeñar el docente ante la nueva sociedad del conocimiento, así como un análisis de nuevas necesidades en su formación como profesional de la docencia.

  2. Es muy agradble y nutritiva su sitio. Me ha encantado el escrito sobre la rectificación del aprendizaje. Yo le llamo la rehabilitación,
    Éxitos.
    Gracias.

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