La obediencia de los hijos entre los 6 y los 12 años

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   A los seis años de edad, un niño ya está capacitado para colaborar en casa, hacer algún que otro recado, empezar a responsabilizarse de sus cosas y gozar de cierto grado de autonomía. Es muy importante que desde ahora le inculquemos el hábito de obedecer y que no rebajemos planteamientos. De lo contrario, corremos el riesgo de ver cómo llega a la adolescencia sin que haya adquirido nunca la costumbre de hacernos caso. Desde ahora, garantizar un clima de armonía familiar depende, en gran medida, de la atención que le prestemos a este aspecto de su educación.


   ¿Está adquiriendo nuestro hijo el mal hábito de la desobediencia?
   En algunas ocasiones la desobediencia es clara y rotunda: nuestro hijo se niega a cumplir nuestras órdenes de una forma explícita o hace, precisamente, lo que le hemos prohibido desafiando así nuestra autoridad. Este tipo de rebeldía es fácilmente detectable. Debemos estar alerta para actuar enérgicamente si se produce con excesiva frecuencia.   Sin embargo, muy a menudo la desobediencia se expresa de una forma mucho más sutil y camuflada. Por ejemplo, cuando nuestro hijo
   · hace como si no nos hubiera oído y se ampara luego en esta excusa para justificarse
   · repite que sí reiteradamente para no tener que oírnos más pero no tiene intención de cumplir con la petición
   · busca excusas del tipo: «No hago la cama porque llegaré tarde a clase», «no puedo ir a la compra porque ayer en clase de gimnasia me hice daño en el pie»
   · expresa su desobediencia mediante comportamientos exagerados, como cerrar de golpe la puerta, utilizar palabrotas, llorar…   
   ¿Por qué es desobediente nuestro hijo?

   En ocasiones, los padres estamos más pendientes de nuestro hijo cuando se comporta de manera inadecuada, ya sea para regañarle o castigarlo, que cuando lo hace de forma correcta. Esto conlleva a menudo que los niños se nieguen a cumplir nuestras exigencias con el fin de llamar nuestra atención.
    Alrededor de los 8 años de edad, es normal que los niños discutan todas las exigencias impuestas por sus padres. El motivo principal es que su capacidad de razonamiento se está desarrollando y, a menudo, la ponen a prueba con sus padres.

  Otros factores que pueden estar motivando la desobediencia de nuestro hijo son que:
   · está ocupado en una actividad más placentera que aquella que nosotros le estamos pidiendo
   · no oye realmente lo que le pedimos, porque está distraído en otra actividad. Debemos distinguir esta circunstancia de aquellas ocasiones en que hace ver que no nos ha oído
   · no comprende lo que le mandamos
   · está habituado a que nosotros acabemos haciendo por él lo que le pedimos
   · sabe que los padres repetiremos varias veces la indicación, antes de que él deba responder

   ¿Cómo podemos actuar ante la desobediencia de nuestro hijo?

   Existen unas recomendaciones que facilitarán la obediencia de nuestro hijo. Si las practicamos de manera constante, probablemente pocas veces nos veamos obligados a poner en práctica los consejos sobre qué hacer cuando nuestro hijo nos desobedece.

   Antes de que nuestro hijo nos desobedezca:

   · Siempre que sea posible, en lugar de dar órdenes o hacer preguntas, ofrecer dos opciones para que nuestro hijo pueda escoger una. Por ejemplo, en vez de decirle «baja la basura» o preguntarle «¿quieres bajar la basura?», plantearle las opciones de: «¿qué prefieres, secar los platos o bajar la basura?».
   · Procurar no darle demasiadas instrucciones a la vez. Es mejor esperar a que obedezca una orden, antes de plantearle la siguiente.
   · La instrucción debe ser simple, utilizando pocas palabras.

   Es importante que sea comprensible para nuestro hijo y razonable para su edad. También es importante que sean peticiones específicas, es decir, que quede bien claro el comportamiento que debe seguir. Es mejor decir «a las seis intenta tener los ejercicios de matemáticas acabados y la lección de sociales estudiada, para poder ver tu programa favorito», que «acaba tus tareas escolares pronto».
   · Utilizar un tono de voz agradable. Es mejor si nos ponemos a la altura de nuestro hijo y le miramos directamente a los ojos (asegurándonos que él también nos mira).
   · Es importante que expliquemos a nuestro hijo las razones por las que le pedimos o le prohibimos que haga algo. Esta información deberá ser apropiada para la edad del niño.
   · Establezcamos rutinas. A tu hijo le ayudará a obedecer el hecho de tener que hacer cada día lo mismo y a la misma hora (tirar la ropa a lavar después de la ducha, recoger la mesa, etc.). La cooperación acabará convirtiéndose en un hábito.
   · A partir de los 6 años los niños, en cierta medida, ya son más capaces de participar en la creación de las reglas. De esta manera, probablemente se sentirán más responsables y las comprenderán mejor. Este hecho contribuirá positivamente a que cumplan los mandatos. Por tanto, es importante que empecemos a dejarle negociar con nosotros las exigencias y las consecuencias de su cumplimiento o incumplimiento, escuchando sus razonamientos. Pero, en último término, seremos nosotros los que decidiremos.
   · Para motivar a nuestro hijo para que cumpla aquello que más le cuesta, le daremos la indicación de manera positiva, explicándole que, cuando cumpla nuestro mandato, le ofreceremos un privilegio. Por ejemplo: «si ordenas tus juegos antes de la cena, jugaré contigo al ajedrez». Es importante que nosotros cumplamos con lo pactado.
   · A veces hay momentos en los que no podemos premiar inmediatamente a nuestro hijo o es mejor reforzar cada uno de los pequeños pasos que componen una conducta final. Un programa alternativo que puede ayudarnos a presentar el refuerzo desde un punto de vista diferente es el sistema de fichas o puntos.

   Consiste en proponer a nuestro hijo previamente un objetivo a conseguir durante un periodo de tiempo determinado. Cada vez que actúe de acuerdo con nuestro objetivo, obtendrá un punto. Estos puntos se canjearán por una recompensa que se habrá establecido con anterioridad.

   Veamos un ejemplo.

   Objetivo: que nuestro hijo obedezca a la primera cuando le llamamos para cenar.

   Premio a conseguir: Salir al cine una noche con nosotros, comer o cenar en un sitio de su gusto, invitar a un amigo a dormir a casa…

   Cómo conseguir los puntos: Si obedece a la segunda orden, un punto. Si obedece a la primera orden, dos puntos. Si a una hora concreta y estipulada se dispone por iniciativa propia a realizar una de sus tareas u obligaciones habituales (bañarse, sentarse a cenar, ponerse a estudiar…), cuatro puntos. Los puntos no se deben «regalar» pero deben ser fácilmente accesibles.

   Otro sistema divertido para conseguir puntos consiste en darle cada día, en el momento en que se levanta, una cantidad de puntos. A medida que transcurre el día debe evitar perderlos, es decir, cumplir con el objetivo le permitirá mantener el número de puntos mientras que desobedecer el objetivo de la semana hará que disminuya su batería de puntos. Al cabo de una semana, se sumarán los puntos mantenidos y se canjearán por el premio establecido (50 puntos: una tarde en un parque de atracciones, por ejemplo).
   · Es de suma importancia que, cuando haga lo que le pedimos, alabemos y elogiemos su comportamiento (felicitarlo, decirle lo contentos que estamos de lo que ha hecho, etc.).
   · Las consecuencias que seguirán a la desobediencia, deben quedar establecidas claramente de antemano. Podemos retirar un privilegio cada vez que no cumpla una exigencia. Por ejemplo, «cuando sigas jugando con el videojuego en vez de dejarlo para hacer otra cosa, te quedarás sin videojuego durante todo el día siguiente».
   · Comprobar y asegurarnos que cumple con lo indicado para, después, poder aplicar las consecuencias apropiadas.

   En el momento en que nuestro hijo nos desobedece:

   · Aunque estemos enfadados con nuestro hijo, debemos explicarle con objetividad y serenidad las ventajas de obedecer y por qué es necesario restar privilegios cuando no lo hace. Aunque pueda parecer que no lo comprende, razonar con él y analizar las consecuencias de su conducta le ayudará a ver más claro nuestro punto de vista y podrá prever futuras consecuencias en situaciones similares.
   · A veces el sentido del humor puede ayudarnos a solucionar situaciones muy tensas, sobretodo con nuestros hijos mayores. Por ejemplo, si insiste e insiste en justificarse para no llegar a la hora que le hemos dado podemos decirle: «Tienes razón, es mejor llegar tarde a casa. Llegar a la hora es una molestia. Es mejor llegar tarde un par de días y luego pasarse una semana sin salir pensando qué estarán haciendo tus amigos mientras tú estás en tu cuarto…»
   · Asegurémonos de que haya entendido la orden.

Escuchémosle con atención cuando intente dar una explicación. Si es una excusa que no nos sirve como explicación, utilizaremos la expresión «de todos modos». Por ejemplo, «ya sé que te gusta el programa de televisión que estás viendo pero de todos modos, quiero que pongas ahora la mesa porque ya es hora de comer». No hay que entrar en debate con él.
   · Si no obedece, sin discutir le retiraremos aquellos privilegios que habíamos establecido de antemano. Para que la estrategia funcione, es importante que los privilegios retirados sean valorados por nuestro hijo. Y es fundamental que seamos constantes y no cambiemos nuestra posición. Si nuestro hijo de 10 años llega sistemáticamente tarde a casa perderá el privilegio de salir durante un período de tiempo establecido.
   · Tiempo fuera: Cuando nuestro hijo desobedece «descaradamente» a pesar de reiterados avisos por nuestra parte, no perdamos el control.

   Lo mandaremos solo, sin discutir ni reprochar nada, a una habitación o a un rincón donde no pueda entretenerse, durante un período breve de tiempo. Comprenderá que para mantener y recuperar sus antiguos privilegios es mejor obedecer a la primera. Le explicaremos claramente el motivo del aislamiento (cada vez que interrumpe cuando tú hablas por teléfono o cuando nunca encuentra el momento de hacer los deberes) y le avisaremos de las consecuencias de salir antes de acabar el plazo de tiempo (puede quedarse aislado más tiempo).
   · Le retiraremos nuestra atención y le ignoraremos cuando conteste provocativamente a nuestras indicaciones o por ejemplo, se vaya cerrando de golpe la puerta. Puede ser que lo haga para que le hagamos caso, para llamar nuestra atención o porque de este modo consigue no obedecer (al menos, de momento). Siempre que ignoremos una conducta incorrecta de este tipo le estaremos motivando para no volver a repetirla. Dejaremos pasar un tiempo prudencial y repetiremos la orden, esta vez avisando de las consecuencias que tendrá el no cumplirla. Por otra parte, cada vez que se muestre colaborador deberemos reforzarle.
   · Si la desobediencia implica una acción peligrosa para nuestro hijo o para los demás (cruzar la calle sin mirar, romper objetos, etc.), mostrando expresión y tono de voz firme, le diremos: «¡no!» o «¡basta!» . Si es necesario, pararemos físicamente su acción. Luego, le retiraremos un privilegio.
   Lídia Ametller Martínez. Licenciada en Psicología. Con la autorización de: www.solohijos.com

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183 comentarios sobre “La obediencia de los hijos entre los 6 y los 12 años

  1. tengo un hijo de 6 anos es muy dificil cuando el me dice que le gusta estar mas con su papa yo trabajo pero cambie mi turno para estar con el pero el no me obedese y esto esta acabando conmigo solo ya no se que hacer cuando lo mando hacer algo por ejemplo las tareas me dice llevame para DONDE MI PAPA ME GUSTA HACERLAS CON EL CON TIGO NO no me gusta estar contigo …..

  2. Hola tengo un hijo de 8 años, se le da prácticamente todo. El es muy cariñoso amable educado etc pero el problema es en la escuela no obedece a sus señoritas pelea con sus compañeros y no escribe ni trabaja en clase. Problemas de aprendizaje no tiene, es intelijente y aprende rápido. Pero ese es su problema q no obedece en clases y pelea con sus compañeros. Q puedo hacer? Ya hemos hablado varias veces de distintas formas. Y ya no se q mas hacer.

  3. He probado todas esas sugerencias y el mio sigue sin obedecer y cada día tiene mas argumentos para rechazar una orden, una petición o una obligación básica con el mismo. Es casi una misión imposible. Yo si estoy por volverme loca!

  4. Mi hijo de 7 años me grito delante de otras mamas que yo lo golpeo siempre y que por eso va con moretones a la esc y que lo agarro a cahetadas . Pero nunca lo he echo . Como puedo manejar esto . Y menciono .. ojala nunca hubiera nacido

  5. Tengo una niña de 6 va para 7 años y no logro ponerle limites eh seguido varias recomendaciones de psicólogos la ve un psiquiatra la estan medicando y ni en asi ella dice que si yo la castigo oh le quito algo que le gusta es un maltrato me dice malas palabras incluso me pega yo trato de abrasarla de darle cariño pero ella no sede incluso la oyen llorar mucho y me an amenazado mi propia mamá con acudir al pani la verdad necesito ayuda que mas puedo yo hacer para que mi hija me obedesca y me respete

  6. hola, tengo un hijo de 8 años, que realmente eso de darle opciones sobre los deberes no sirve, prefiere no hacer ninguna de las 2 y quedarse sin salidas, o premios, a obedecer, y se lo hago notar, le digo: te di una indicacion ( se la menciono y el numero de veces dos o tres) y no me hiciste caso, se que me escuchaste pero preferiste seguir jugando, si vamos a algun lugar, no pidas NADA. y ya se pone ha hacer lo que le pedi, le digo Gracias pero como quiera no te comprare porque no lo hiciste cuando se te indico y asi en otras cosas, es bastante incomodo, fastidioso, que ni ganas me dan de salir con el, y no porque haga desorden, conmigo en la calle no se porta mal, a menos que vaya mis papas o mi suegra, se chifla o cuando estamos con visita-… se enoja cuando le llamo la atencion y se va, hace caras y sonidos, lo regreso y le digo: Hoy no vamos a hacer lo que querias por ser grosero…

  7. hola, tengo un hijo de 12 años era muy educado y muy cumplidor en la secundaria ,ahora se ha vuelto muy contesto y muy irrespetuoso bajo mucho de calificación, no quiere echarle ganas ala escuela la verdad es que estoy muy preocupada

  8. excelente la informacion, pero necesito un favor, me podrias ayudar como hacer para ponerlo en practica en el colegio? es que mi hijo tien 5 años y las rabietas que hagarra no solo es con los compañeros sino tambien con la maestra, es la unica queja que la maestra tiene de mi hijo y quiero ayudar a mi hijo desde ahorita

  9. Hola, tengo una hija de 6 años que comparte aula de clases con una niña conflictiva. El año pasado la aparta del grupo un Fiat le dice: si te sigues juntando con Sofía no soy más tu amiga… Luego en una fiesta de cumpleaños le pega y le dice cosas feas. Y en danza también comparten aula, la empuja, siempre quiere estar en el cuadro principal y mi hija para no pelear siempre va a un costado o atrás. Por último un día compartíamos una cena varias familias y entre ellas la de esta niña de los problemas. La aparta del grupo y le da un beso en la boca y le obliga que no le cuente a nadie. Al otro día.mi hija le contó a su mamá eso. Estamos.preocupados. por favor demen consejos que hacer, cambiar de escuela? Somos.los culpables? Que hicimos mal? Gracias y saludos

    1. yo voy y hablo con la profe del colegio que hable con las dos niñas y explicarle a la otra que ese comportamiento no esta bien, su hija no tiene porque callar si no soluciona la profesora voy a hablar con la directora y le mando llamar tambien a los padres de la otra niña a hablar las cosas bien claras y buscar soluciones.

  10. El problema que tengo es que mis hijas de 12 Y 8 años me dejaron de hablar de un día para otro, ellas viven en la casa de mi suegra y la verdad no entiendo como o que hice siendo que nunca les eh pegado no les grito nunca, no las regaño diálogo con ellas,

  11. Genial. Muy bien explicado. Me vino como anillo al dedo.asi me das una orientacion de lo que estoy haciendo bien y que debo mofificar en otras cosas.
    Mi hijo de 10 anios no obedece a nadie no a mi y ahora tambien a su maestra. Ella ya me escribio y me dijo que el podra ir a las excursiones del cole solo si voy yo tambien. Sino se quedara sin ir

  12. Hola Manoli:
    Parece que su hija de 11 años tiene problemas de obediencia y de conducta.
    Pienso que lo primero sería es ir al colegio y hablar con el profesor que la lleva, para ver qué conducta tiene en el colegio y sus amigas. Se podrían sacar objetivos para que mejore, tanto en casa como en el colegio.
    Si persiste el problema se podría ir al médico y seguir sus indicaciones.

    Mientras la chica puede hacer ejercicios interactivos de Lectura:

    http://www.aplicaciones.info/lectura/lecturap.htm

    Cálculo:
    http://www.aplicaciones.info/calculo/calculo.htm

    Un cordial saludo de
    Arturo Ramo

  13. Hola hace un tiempo que mi hija de 11 años me tiene desesperada, no es que no sea obediente , todo pasa a la hora de irse a dormir.
    Por norma ella se va a la cama a las diez, por lo cual a las 9.45 empieza a quejarse que le duele la cabeza o la barriga, yo le doy ibuprofeno y ahi empieza a empeorar la situacion. A pocos minutos empieza a llorar y a ir al baño repetidamente sin necesidad, su llanto cada vez es mas profundo y a veces con ansiedad, se culpa diciendome que no sabe lo que le pasa y que la perdone pero que no puede dormir, a llegado incluso a vomitar. Me he planteado en llevarla a un psicologo , que me aconsejais? . se puede tirar mas de tres horas llorando.
    Un saludo y gracias.

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